Desde luego el verano es un buen momento para probar todo tipo de verduras, hortalizas, legumbres y demás en ensaladas y dejar el horno y las sartenes para otro momento. Pero yo no lo puedo remediar y el cuerpo me pide siempre pan. Una opción son los scones, rápidos de hacer (pues no necesitan ningún tipo de fermentación) y buenos sustitutos del pan.
Esta receta está pensada para una cena de dos personas. Los scones son contundentes, con lo que mejor no abusar. A mí me gusta acompañarlos de un buen postre :-)
Ingredientes
125 g de harina integral *
60 g de buttermilk *
20 g de mantequilla *
10 g de azúcar moreno *
una pizca de sal
1 punta de cuchillo de levadura química
2 cucharadas de semillas de amapola *
[* productos ecológicos]
En un mortero se machaca el azúcar moreno para que resulte más fino. Si no se tiene buttermilk en casa, se vierte la leche en un cuenco y se deja reposar durante 10 minutos con un chorrito de limón.
Se mezclan todos los ingredientes en un recipiente hasta conseguir una masa homogénea. En este caso es mejor no mezclar con la mano para que la mantequilla no se derrita.
Se pueden formar los scones con la mano, simplemente partiendo la masa en 3 (sí, la receta es sólo para 3 scones) y redondeando un poco la superficie, o con un cortagalletas.
Los scones se hornean durante 15 minutos a 170º. Se apaga el horno y se dejan 5 minutos más en el horno antes de sacarlos.
Para tomar, están riquísimos con cualquier relleno, dulce o salado (aquí tenéis unas cuantas ideas más para rellenar).

¡Feliz semana!